Los equipos chilenos, como se ha hecho costumbre, no han estado a la altura de la Copa Libertadores. Cobresal, el campeón del clausura 2015, se ubica a un nivel inferior de lo que exige una copa internacional y Colo Colo, ultimo monarca del fútbol nacional, es una representación pobre de lo que alguna vez proyectará el cacique en el continente. Después de ver el partido que jugaron los albos en Belo Horizonte uno se pregunta ¿para esto tanta dosificación al enfrentar a San Marco de Arica? Los jugadores y el técnico de Colo Colo se defienden atribuyendo el 0-3 al gol tempranero y a la falta de definición. Sin embargo, la realidad que vimos todos (me concedo el derecho de hablar por “todos”) fue otra. Primero, Colo colo sin el equipo titularisimo se le hace sumamente difícil ganar y lo más probable es que de esa manera no pasará de ronda. Segundo, la desastrosa performance ante Atlético Mineiro no pasó por “detalles” como dice José Luis Sierra, más bien fue consecuencia de un desdibujado planteamiento táctico y de los rendimientos individuales deplorables. En lo que corresponde al cuerpo técnico; ¿Juan Delgado de centro delantero? ¿Colocar las líneas tan adelantadas? El “coto” muchas veces peca de soberbio. En su cabeza piensa que le puede ganarle a un equipo de primera con cinco juveniles en cancha y espera sacar un buen resultado con uno de los mejores equipos brasileros jugándole de “tú a tú” como visitante. El propio Atlético Mineiro se vino a refugiar al monumental, en cambio Colo Colo, con dos bajas importantes (Paredes y Zaldivia), se da el lujo de salir totalmente expuesto a volcarse al ataque. No hubo round de estudio ni protección de esos trascendentales quince minutos iniciales. En lo que concierne a los jugadores, fue evidente que entraron “apretados” y muy “dormidos”. Los errores en la última zaga fueron de principiantes; los encargados de contener tenían un forado en mitad e cancha; el improvisado 10 (Valdés) no tiene la explosión necesaria para generar opciones a este nivel; y los tres F 17 (Rodríguez, Delgado y Tonso) de arriba carecen de gol y aún no tienen la jerarquía suficiente. A favor de ellos, les hizo mucha falta durante gran parte del partido un referente de área, un nueve clásico como Andrés Vilches.
El único atenuante del cacique es que lo tienen desnutrido. En la banca algo de recambio hay, pero en definitiva, no existe abundancia de planes b. Se lesiona un titular y el equipo se desmorona. ¿A qué selección les recuerda? No es responsabilidad del “coto” o del plantel que blanco y negro busque solo ingresos y sus inversiones sean miserables. El tema es que el estratega que -en conocimiento de la pobreza institucional- asuma la dirección técnica, debe encontrar la forma de resolver los problemas con las piezas que hay. Así como una dueña de casa chilena. A la señora juanita no se le ocurre hacer sushi si no hay plata, pero al “coto” si se le ocurre diseñar una formula kamikaze. La mayor virtud del cacique es su solidez defensiva. De mitad hacia atrás, Colo Colo tiene su fortaleza y el “coto” supo construir un buen cerrojo. Entonces ¿Por qué cambiar el sistema? Parece que al DT albo le han dolido las críticas de la prensa que lo catalogan de un entrenador para la siesta. Parece que le tocaron su ego y ahora a toda costa quiere demostrar que también puede proponer un fútbol dinámico y de muchas ocasiones de gol. Lamentablemente, la codicia y soberbia de José Luis Sierra le está pasando la cuenta al popular. El problema de Colo Colo no es perder. En la Libertadores todavía tiene chances de clasificar y en el torneo local conserva la punta. El problema es que para el “coto”, Colo Colo está haciendo las cosas bien y los yerros que pueden haber cometido son nimiedades.
Colo Colo está siendo víctima de la misma complicación que afectó a Héctor Tapia y que ya parece enfermedad crónica: la escualidez en su plantilla es grotesca y se manifiesta fundamentalmente en la recta final. ¿En que están pensando los dirigentes albos? Que un jugador de 35 años como Jaime Valdés les va a salvar el año. Que un jugador como Javier Reina se va a echar el equipo al hombro. Que solo con dos centrales van a llegar lejos en una copa internacional. Contra Atlético Mineiro, Colo Colo se pudo haber comido siete goles fácil. Tenía razón Sierra, las últimas dos versiones del Cacique más que jugadores de playstation han parecido de atari. Da pena ver como las sociedades privadas desprestigian el fútbol chileno tirando a los leones a equipos como U. Católica, Cobresal, U. de Chile y Colo Colo, que a duras penas se defienden en el extranjero.